¿Quién no tiene problemas en algún momento de su vida?. A veces los tenemos, otras veces parece que los buscamos y en la mayoría de las ocasiones no sabemos cómo abordarlos sin estrés ni ansiedad, y eso sí que es un problema.
Hace tiempo me enseñaron a enfrentarme a los problemas de una manera sana, es decir, ocupándome de ellos en lugar de generar pensamientos autopreocupantes. No es que siempre lo consiga, ya quisiera yo que fuera tan sencillo, pero lo cierto es que cuando caigo en la cuenta que la situación se me está yendo de las manos, como sé qué es lo que debo hacer, freno, recapacito y actúo.
Enfrentarse a los problemas se aprende
Frecuentemente, cuando inicio un nuevo programa de mentoring con una emprendedora suelo encontrarme con una mujer inquieta y preocupada por algo. Hasta aquí pensaras que es normal porque para algo ha requerido mis servicios, y así es. Lo que ya no debería ser tan normal, porque habitual y normal no son lo mismo, es que el problema llegue a bloquearla, ¿entiendes a qué me refiero?.
Te voy a dar algunas pautas qué trabajo con mis mentees en estos casos para que tu misma puedas ponerlas en práctica.
Entrenamiento en la solución de problemas
- Acepta que las situaciones problemáticas forman parte de la vida y que es posible hacerles frente de manera eficaz.
- Evita responder de forma impulsiva o de forma pasiva sin hacer nada al respecto.
- Céntrate en encontrar una solución a tu problema y evita los pensamientos autopreocupantes que sólo sirven para aumentar tu ansiedad.
- No niegues el problema, sólo si te enfrentas a él lograrás resolverlo.
- Piensa en positivo: la situación actual que te preocupa te está haciendo infeliz, te genera ansiedad, cansancio, etc. Piensa que cuando logres resolver el problema vivirás mejor que ahora.
- Repítete constantemente que eres capaz de resolverlo. Te costará más o menos, pero lo vas a conseguir.
Yo antes creía que si le daba mil vueltas a un problema era porque soy una persona responsable. Ahora sé que la actitud responsable no es la de darle mil vueltas, sino la de centrarme en la solución.
- Escribe toda la información de que dispones sobre el problema, céntrate en hechos objetivos, no en suposiciones.
- Diferencia la información relevante de la irrelevante, “quita paja al problema”.
- Fija objetivos realistas. Puede estar centrado en la solución o mejora del problema o en disminuir su impacto emocional.
Si el problema es muy grande, divídelo en partes y aborda cada uno por separado según su prioridad.
- Elabora tantas soluciones posibles como se te ocurran desde diferentes puntos de vista, rara vez un problema tiene una única solución.
- Escribe los pros y contras de cada una y puntualos del 1 al 10. Luego suma cada columna, obtendrás una relación de soluciones con sus correspondientes puntuaciones.
Piensa que nunca puedes tener la certeza de que has tomado la decisión correcta, pero hagas lo hagas te traerá cosas buenas y no tan buenas. Muchas veces la peor decisión es no atreverse a hacerlo.
Ten en cuenta las puntuaciones obtenidas y decídete por la opción más ventajosa o por una combinación de las mejores. No tiene porque ser blanco o negro.
Pon en práctica la solución que has decidido, sin miedo. Posteriormente valora los resultados, si no fueran del todo satisfactorios puedes poner en práctica la siguiente solución.
La mayoría de las veces tendemos a magnificar los problemas y luego nos damos cuenta que no eran para tanto.
La opción más responsable e inteligente no es preocuparse, sino ocuparse de buscar una solución.
Y por último no dejes de felicitarte por haberlo conseguido, y piensa que si esta vez lo has logrado, también lo conseguirás cuando en el futuro te surjan otros problemas que debas abordar.
Yo he pasado muchas veces por situaciones que me generaban ansiedad, por problemas complejos, y te aseguro que mi manera de enfrentarme a ellos me ha permitido:
Resolver antes los problemas
Reducir la tensión emocional
Ser más efectiva
Sentirme más segura de la decisión elegida
Espero haberte servido de ayuda, te garantizo que el método funciona si lo llevas a cabo con rigor, paciencia, constancia y a ser posible con una sonrisa (las endorfinas ayudan, ya lo sabes).
Y no lo olvides:
No existe problema tan grave o tan grande que no se reduzca con una buena taza de té.
Bernard-Paul Heroux
Si deseas escribirme y consultarme tus dudas me encantará ayudarte. En mis programas de mentoring para emprendedoras, desde mi experiencia, trabajamos juntas tu idea o tu modelo de negocio para darle forma, revisar lo que no te está funcionando, buscando las estrategias que necesitas para lograr tu objetivo.
Te invito a LA HORA DEL TÉ y a conocer mi servicio de mentoring para emprendedoras, porque recuerda:
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