“Hablar de precio me resulta incómodo”
o
“No tengo idea de qué cobrar”
o
“Me da miedo perder clientes si subo el precio”
o
“He puesto un precio a mis servicios, pero no se por qué ese y no otro”
¿Con qué frase te identificas?
En todas mis mentorías con emprendedoras, llegado el día en el que hay que fijar el precio de los productos o de los servicios, casi todas preferiríais antes subir al Himalaya a la pata coja, que poner precios.
¿El motivo?, la inseguridad.
Pero permíteme que te ayude a reflexionar sobre la frase que has elegido arriba.
“HABLAR DE PRECIO ME RESULTA INCÓMODO”
¿Será quizás …
porque no estás poniendo en valor el beneficio que tiene tu servicio para el cliente?.
porque no eres consciente de que con tu trabajo estás ayudando y mejorando la situación de otra persona?
“NO TENGO IDEA DE QUÉ COBRAR”
¿Será quizás …
porque desconoces el coste del producto y te estás guiando por la intuición?
porque no has estudiado el mercado y la competencia, y te sientes perdida?
“ME DA MIEDO PERDER CLIENTES SI SUBO EL PRECIO”
¿Será quizás …
porque no tienes una política de posicionamiento de precio acorde a tus objetivos y al cliente al que te diriges?
porque no eres capaz de comunicar tu propuesta de valor, lo que te hace diferente?
“HE PUESTO UN PRECIO A MIS SERVICIOS, PERO NO SÉ POR QUÉ ESE Y NO OTRO”
¿Será quizás …
porque no dispones de una estrategia coherente en todos los aspectos de tu negocio?
porque, y me repito, no tienes ni idea de lo que te cuesta producir tus servicios o productos?
Toma conciencia de lo que te cuesta, de lo que está dispuesto a pagar tu posible cliente y de lo que aportas, y ya verás como coges confianza.
A mí, al principio, me pasaba lo mismo. Hasta que enseguida tomé conciencia a través de mis clientas de que lo que les aporto aporta valor, valga la redundancia. Hasta que me decían que lo que avanzan trabajando conmigo no lo podrían lograr por si solas en un año. Hasta que me di cuenta de que hay mucho vende humo, y que mi experiencia es un grado.
Al final, no es más que cuestión de análisis y de hacer números. Y si lo haces, te aseguro que pierdes pronto la vergüenza.
Y si necesitas ayuda de una mentora de emprendedoras para revisar tus precios, o a fijarlos por primera vez, escríbeme, nos tomamos un té y vemos como hacerlo juntas. Estos son algunos testimonios de las emprendedoras con las que he trabajado.
Si aun no lo has hecho, subscríbete a mi newsletter para recibir noticias interesantes sobre empresa y emprendimiento.