Tanto empresarias como emprendedoras sienten miedo al fracaso.
“He fracasado”.
“Me siento fracasada”.
“¿Y si fracaso?».
“¡No puedo fracasar!».
Estoy segura que alguna vez has dicho alguna de estas frases (o las has pensado).
Y si eres empresaria o si te has lanzado a emprender un negocio, ya ni te cuento.
Y es que de autoexigentes y responsables que somos las mujeres emprendedoras, nos pasamos. Ni sé las veces que cuando he comenzado a mentorizar un negocio me he encontrado con estos sentimientos en vosotras.
Y os entiendo. Vaya que sí.
Nadie nos enseña a ser emprendedoras
Desde pequeñas nos inculcan que tenemos que acertar en la carrera o en los estudios que elijamos, en la pareja, en el lugar donde hipotecarnos de por vida para comprar una casa. Hemos de ser las mejores, por eso de la competencia y todo eso. No podemos fracasar, se paga un precio muy alto si fracasas.
¿Y tú te lo crees?, ¡pero si es que el fracaso NO existe!. No, al menos, como lo entendemos.
Vamos por partes.
Dice la RAE (qué haría yo sin ella):
Fracaso, «Dicho de una pretensión o de un proyecto: frustrarse”.
Bien, vamos a ver qué significa frustrarse:
“Dejar sin efecto un propósito contra la intención de quien procura realizarlo”.
Es decir, que tener un propósito y que no se cumpla es lo que REALMENTE significa fracasar. Que no es otra cosa que el “Ánimo o intención de hacer o de no hacer algo.”
Resumiendo, que si tengo la intención de hacer una cosa y no lo consigo, he fracasado.
¿Encuentras tú por algún lado la connotación negativa?.
Porque a mí me parece lo más normal del mundo.
No existe mujer emprendedora ni empresaria que acierte siempre a la primera.
No existe inventor o científico que a la primera haya logrado el resultado que esperaba.
¿Significa eso que todos los inventores y científicos se han de sentir fracasados por no lograrlo a la primera ni a la segunda?.
Thomas Edison fracasó 1.000 veces antes de perfeccionar la lámpara incandescente. ¿Y sabes lo que dijo?: «No fracasé, solo descubrí 999 maneras de cómo no hacer una bombilla».
¿Qué es eso que tienes en el techo por todas partes?, bombillas, ¿no?. Pues toma nota.
A lo mejor, si antes no lo habías escuchado, a Edison sólo lo asocias con que fue el inventor de la bombilla. Es decir, que le conoces por su éxito. Sus 999 “fracasos” ni los conocías, ni te interesan.
Sólo las acciones nuevas producen resultados diferentes.
Resumiendo. Deja de torturarte por las cosas que no están saliendo como esperabas. Sólo si hacemos las cosas de una manera diferente tendremos la oportunidad de que el resultado sea distinto. Si Edison se hubiera empeñado en hacer lo mismo 1.000 veces, aún estaríamos con candiles en la mano.
A esto, yo lo llamo aprendizaje.
Quizá lo que necesitas es poner distancia, un poco de objetividad, y algo de estrategia. Y si persistes, lo lograrás. ¿Por qué no?.
No temas al fracaso en tu emprendimiento
Es importante cambiar nuestra percepción del fracaso y entender que no se trata de un resultado negativo, sino de un paso más en nuestro camino hacia el éxito. En lugar de castigarnos por no alcanzar nuestras metas a la primera, debemos ver cada intento fallido como una lección que nos acerca un poco más a nuestro objetivo.
La presión social y la autoexigencia pueden llevarnos a sentirnos fracasadas cuando las cosas no salen como esperábamos, pero es fundamental recordar que el verdadero fracaso radica en no intentarlo. Si nos mantenemos firmes en nuestra determinación y buscamos nuevas estrategias para abordar los desafíos, eventualmente lograremos nuestros objetivos.
Por lo tanto, en lugar de temer al fracaso, abracémoslo como una oportunidad para crecer y aprender. Cada obstáculo superado nos acerca un paso más a nuestro éxito, y cada intento fallido nos enseña algo nuevo. Así que, no te castigues por no lograrlo a la primera, sigue adelante con determinación y confianza en que, con perseverancia y una actitud positiva, alcanzarás tus metas.
Lo que sucede, es que el emprendimiento es muy solitario. Lo mismo da que tengas 2 que 200 empleados, es normar que en tus decisiones como empresaria te sientas sola.
Sentirte acompañada en tu emprendimiento es importante
Cuando no contamos con más percepción que con la nuestra, carecemos de objetividad. Y nuestro proyecto de emprendimiento necesita ser mirado desde fuera. Con franqueza, pero objetivamente.
Cuando tienes un problema en tu vida personal, ¿te viene bien acudir a tu círculo más cercano?. Seguro que sí. Todos necesitamos que nos escuchen y nos orienten de vez en cuando.
Como mujer emprendedora también lo necesitas. Es lo mismo. Lo único, que tu círculo familiar y de amigos no son los más indicados para exponerles tus dudas y miedos sobre tu proyecto. Salvo que hayan pasado por ahí porque tengan una empresa.
¿Sabes lo que hago como mentora de mujeres emprendedoras?. Eso precisamente. Acompañarte, apoyarte y guiarte en tu empresa. Desde la estrategia de tu negocio a la dirección de los recursos humanos. Me convierto en tu aliada.
Objetividad, estrategia, honestidad y realismo. Un visión desde fuera, basada en una experiencia profesional de más de 20 años, ¿a qué te vendría bien?.
No pienses más en el fracaso en tu emprendimiento.
Pasa a la acción, pide ayuda, comparte y aprende. Si te acompañas de una mentora de emprendedoras el aprendizaje es exponencial. Yo no quiero hacer las cosas por ti para después marcharme y que no sepas hacerlo sola. Lo que quiero es que aprendas conmigo y de mi experiencia, esa que comparto contigo de mil amores. Por eso decidí mentorizar a emprendedoras y empresarias.
Te invito a que visites mis servicios para entender mejor cómo te puedo ayudar en tu emprendimiento y me contactes para tomarnos un té mientras hablamos tranquilamente.
Y recuerda, el fracaso NO existe.