Por una sencilla cuestión de adaptación las mujeres hemos tenido en los negocios que mimetizarnos con el entorno. Trajes de chaqueta, colores neutros, ¿te suena?. También nuestras emociones se han tenido que camuflar muchas veces bajo el paraguas de la “profesionalidad”.
¿Y qué nos ha pasado cuando hemos decidido dejar de trabajar para otros y lanzarnos al estrellato con nuestro propio proyecto?
Pues que sentimos un tonto pudor por mostrarnos tal como somos. Tantos años escuchando que no debemos significarnos que ahora nos cuenta un congo ser nosotras mismas.
Eso por un lado, y por otro, esa inercia nos lleva a crear una empresa o a dedicarnos a una actividad “copia pega”, ¿sabes a lo que me refiero?. A que somos buenas profesionales, montamos un negocio, pero no siempre ponemos en valor eso por lo que nos distinguimos.
Y es que la idea no es lo esencial aunque te parezca raro, porque las ideas antes o después terminan copiándotelas, eso si no eres tu quien se está basando en una idea que ya existe. Entonces, ¿dónde radica la esencia?.
La esencia de nuestra empresa radica en eso que nos diferencia y nos hace únicas, en eso que nadie puede copiar porque forma parte de nosotras y de nadie más
Te pueden copiar el servicio o el producto, pero no te pueden arrebatar tu esencia.
Cuando empiezo a trabajar el modelo de negocio en mis programas de mentoring muy pocas veces me encuentro el caso de alguien que a la primera sepa decir qué diferencia su negocio. Lo habitual es caer en los tópicos de la honradez, la profesionalidad y otros aspectos, que si bien son importantes, se presuponen.
Te pongo mi ejemplo. Yo me dedico a mentorizaros a empresarias y emprendedoras en vuestros proyectos unido a mis servicios como consultora de recursos humanos. En mi caso, mi diferenciación recae en que me centro en mujeres emprendedoras, en acompañaros y llevaros de la mano en cada proyecto, con una relación de mujer a mujer, poniéndome en vuestro lugar. Esa cercanía, alejada de la consultoría tradicional, se traduce en una relación de confianza desde el minuto uno con un programa diseñado siempre a medida. Todo ello avalado por más de 20 años de experiencia empresarial, 12 de ellos en posiciones directivas y por mi doble experiencia emprendedora. Y como trasfondo, un compromiso íntimo de carácter social que siempre me acompaña.
En mi caso, me he basado en mis valores, en mi manera de ser y en mi experiencia para diferenciarme, y os aseguro que nunca antes me había sentido mejor.
Piensa en qué te diferencias de la competencia, para lo cual obviamente necesitas haber hecho un estudio de tu competencia. ¡Cuidado! nada de suposiciones. Preguntar a tus clientes y a la gente que te conoce qué opina de ti y de tu proyecto te puede dar pistas si estás bloqueada.
Y cuando lo hayas identificado vuélcalo en tu imagen, en el material corporativo, en la forma de comunicar, en resumidas cuentas, que todo lo que hagas tenga coherencia y transmita tu esencia.
¡Y hazlo sin miedo!, te sorprenderás de cómo pueden mejorar las cosas, y sin duda tú te sentirás mucho mejor contigo misma.
Si deseas escribirme y consultarme tus dudas me encantará ayudarte. En mis programas de mentoring para emprendedoras, desde mi experiencia, trabajamos juntas tu modelo de negocio para darle forma, identificando, como en te cuento en este artículo, lo que lo diferencia, realizando un estudio de tu competencia y trazando estrategias coherentes para alcanzar tus objetivos.
Te invito a LA HORA DEL TÉ y a conocer mi servicio de mentoring para emprendedoras, porque recuerda:
¡NO TIENES PORQUE ESTAR SOLA!
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